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Soy de La Higuera, provincia El Seibo, República Dominicana; soy feliz, soy libre, soy caribeña, soy latina, soy espíritu, soy energía, soy alma, soy luz, estoy despierta, soy Jahaziely

martes, 16 de octubre de 2012

La Mujer en la familia, la sociedad y la religión


 1. LA FAMILIA

Afortunadamente, en las últimas dos décadas, ha habido un despertar en la comprensión de los derechos de la mujer. Esto ha sido comprendido tanto por hombres como por mujeres, aunque todavía hay personas que no comprenden y de quienes comprenden, todavía hay muchos que quizá inconscientemente mantienen pensamientos y actitudes machistas. Sin embargo, muchas mujeres han comprendido que ellas no nacieron exclusivamente para criar hijas e hijos y hacer trabajos domésticos, sino que aparte de que esta es una responsabilidad de ella y su esposo, también ellas deben y pueden participar activamente de la vida económica, social, política y religiosa.

Gracias a congresos y seminarios dirigidos a mujeres, y gracias a Dios también a hombres, ha habido un despertar y división equitativa de roles tanto en la familia como en los espacios de trabajo, políticos y de participación social. Aunque no tengo ningún dato oficial para afirmarlo, a juzgar por los acontecimientos que vemos, noticias y comentarios acerca del machismo hoy, podemos ver cómo mayor cantidad de padres ahora se están involucrando en los quehaceres domésticos y asuntos de las hijas y los hijos. Ahora las mujeres son un gran soporte para la economía de los países, al igual que los hombres.

A pesar de todos estos acontecimientos aun quedan muchos pensamientos machistas. Aun quedan muchos hombres que creen que las tareas del hogar solo corresponden a la mujer y que ellos deben ser los proveedores hasta el punto que entienden que sus esposas no deben trabajar. 


Valga la pena aclarar que la mayoría de hogares dominicanos son llevados por madres solteras. Todavía hay que seguir rompiendo estos paradigmas, la Biblia es un gran instrumento para contrarrestar este mal. Dios y Jesús siempre comprendieron la importancia de la mujer en la sociedad de igual manera que la del hombre. Jesús nunca condenó una mujer ni excluyó su participación.


2.  LA SOCIEDAD


Socialmente, las mujeres siguen siendo discriminadas. A pesar de las campañas que realizan las instituciones y demás actividades enfocadas en disminuir o erradicar el machismo, la sociedad sigue creyendo que una mujer no tiene capacidad para dirigir un cargo político. Mientras la ex primera dama de la República Dominicana del período 2004-2012 dejaba ver implícitamente que quería correr para presidenta del país, muchas personas, entre ellas penosamente mujeres decían que si esa señora pensaba que este país estaba para que lo dirigiera una mujer, que qué se creía esa mujer, que si ella no sabía que para gobernar había que tener pantalones.

Por motivos de corrupción política, muchas personas estábamos en contra de que ella y cualquier otra persona conocida como corrupta, se postulara para la presidencia, pero esto jamás estuvo vinculado a la cuestión del género porque entendíamos que una mujer sí tiene capacidad para ser presidenta y todo lo que ella quiera, solo que más allá del género hay asuntos que no se pueden dejar pasar.

La reacción de aquellas personas que rechazaban abiertamente su posible postulación es una muestra de que la sociedad sigue siendo machista. A veces tenemos pensamientos muy positivos en cuanto a la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres, pero esos pensamientos a veces se nos escapan y se nos contradicen. Desde las iglesias se puede seguir utilizando el mensaje bíblico para cambiar estos paradigmas.


3.  LA RELIGIÓN

Algunas iglesias de tendencia bautista, dan una interpretación errada al texto de 1 Corintios 14:34; criminalmente lo utilizan para anular y censurar la participación de la mujer de forma directa en las actividades de la iglesia.

Estos pensamientos van en contra de otros textos bíblicos en que Dios se manifiesta a favor de las mujeres (el hijo que concedió a Ana, Ester, la mujer adúltera, entre otras). La iglesia no debería sustentar patrones machistas. Dios no los sigue ¿por qué nosotros sí? No podemos permitir que la cultura machista de aquel entonces llenen nuestras congregaciones de equivocaciones.

 Afortunadamente no todas las iglesias tienen esta forma tan equívoca de visualizar a la mujer y a través de los años y hasta de los siglos, muchas mujeres han llevado un ministerio hermoso de liderazgo cristiano y es mucho lo que han aportado. Tanto o más que los hombres. La iglesia está llamada romper con estos paradigmas.

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